Buscar
enero 14, 2025
Divorcio e hijos

¿Cómo afecta el divorcio a los hijos?

Un divorcio es, generalmente, una situación estresante y dolorosa para las partes implicadas. Además suele afectar a terceras personas fuera de la pareja, en especial, los hijos en caso de haberlos. No solo han de pasar por el dolor de ver a sus padres separados y, en ocasiones, enfrentados y enfadados, sino que su vida y rutina están en constante cambio durante el proceso de divorcio y será distinta una vez este se formalice. Pasarán a tener dos casas, horarios para ver a sus padres o tutores y vacaciones o planes separados. 

Ciertas consecuencias y situaciones no se van a poder evitar, pues son innatas a la propia separación. Aún así, existen otras que sí pueden mejorar si se lleva a cabo un proceso de divorcio dialogado, pacífico y en el que las partes buscan el beneficio común y no solamente el individual. En este artículo hablaremos sobre cómo afecta el divorcio a los hijos y cómo paliar esas consecuencias para que la separación no resulte algo traumático para ellos.

Factores qué influyen a los menores en un proceso de divorcio

El divorcio no afecta por igual a todos los niños. Esto dependerá de múltiples factores como la edad y su personalidad y, como ya hemos comentado, el tipo de proceso de divorcio. En líneas generales, el menor puede sufrir depresión y ansiedad por el conflicto que está teniendo lugar en la familia. Este malestar psicológico es probable que se traduzca en conductas negativas e, incluso, en síntomas físicos.

Observar cómo su familia se rompe y los consecuentes cambios posteriores afecta a los menores. Sin embargo, el hecho que tiene más consecuencias negativas para ellos es el conflicto que se crea entre los progenitores. Mientras que no podemos evitar la separación y sus consecuencias, sí podemos trabajar en el conflicto de pareja y en cómo se lo transmitimos a nuestros hijos, para que sufran lo menos posible. 

Consejos para disminuir las consecuencias negativas del divorcio en los hijos

  • Evitar el conflicto. La mayoría de rupturas suponen en sí un conflicto para uno o ambos miembros de la pareja. Aun así, es necesario hacer un esfuerzo y pensar en nuestros hijos, anteponiendo su bienestar a nuestro enfado. Si el pequeño observa un trato cordial entre sus padres, sobrepasará la situación mejor que si ambos se están gritando y diciendo cosas negativas.
  • Explicarle la situación al menor de forma clara y conjunta. No debe de ser un secreto. Desde muy corta edad hay que explicarle al menor, adaptado a su edad, lo que está sucediendo y los pasos que se van a dar a continuación.
  • No hablar mal de la otra parte de la pareja delante del menor. Por muy dolidos o enfadados que estemos con nuestra expareja, no hay que olvidar que sigue siendo el padre o la madre del niño. No debemos hablar mal de ella o del daño que nos ha hecho delante del menor.
  • Transmitirle que no es el culpable de la separación. En ocasiones, los menores no entienden los conflictos de sus padres y los motivos de su separación, por lo que llegan a pensar que es su culpa o que han hecho algo que lo ha provocado. Adelantarse a este pensamiento y dejar claro al niño que no es su culpa puede ahorrarle un gran malestar psicológico.
  • No intentar edulcorar la situación. Al hablar con los niños, no hay que ocultar el hecho de que el divorcio es una situación complicada para todos. De este modo, validamos su malestar y damos la posibilidad al menor de abrirse a nosotros y contar lo que siente y cómo está viviendo la situación.
  • Tenerlo en cuenta en el proceso. Aunque la separación en sí sea cosa de la pareja, esta va a afectar a toda la familia, por lo que se debe consultar con los niños, siempre adaptado a su edad y comprensión, a la hora de reorganizar la unidad familiar.
Queremos saber tu opinión