Un grupo se define como secta no tanto por la doctrina, la ideología o los fines que buscan sino más por sus métodos y formas de actuar. Es comúnmente conocido que las sectas “te lavan el cerebro”, y nada más lejos de la realidad.
Si estas interesado en protegerte de las sectas, en este artículo te resumimos brevemente cómo actúan, los tipos de técnicas de manipulación que utilizan y qué tipo de personas suelen buscar. Aún así, si tienes la mala suerte de entrar en una de ellas, no desesperes, hay formas de salir vivo.
Todo esto y mucho más, a continuación.
La captación
Las sectas no responden a tipología de pensamiento, raza, edad, sexo, condición o riqueza. Pueden aparecer en cualquier país, rico o pobre, y captar a cualquier colectivo de personas, independientemente del grado de estudios o clase social.
Ciertos tipos de personas son más fáciles de captar. Entre los factores individuales destacan la dependencia, baja autoestima, ansiedad y baja tolerancia a la ambigüedad.
En cuanto a los factores comunes, nos encontramos con una gran diversidad, como la ruptura familiar, desarraigo o aislamiento social, o eventos estresantes como los conflictos bélicos. En definitiva, cualquier suceso que ponga a la persona en una situación de inestabilidad emocional.
Del mismo modo, existen ciertas franjas de edad que son más sensibles a la captación, como sería el caso de la adolescencia y de la madurez.
Aun con todo, no existe un perfil clásico de adepto. Cualquier persona que se encuentre en un momento frágil de su vida es una perfecta candidata para la captación, puesto que las sectas le darán todo lo que su entorno no puede: amor, amistad, sentimiento de unión y una razón para vivir.
Técnicas de manipulación
Para conseguir adeptos, las sectas, y más concretamente sus líderes, utilizan técnicas de manipulación.
Estas técnicas se basan, principalmente, en anular a la persona física y psicológicamente, consiguiendo dominarlas por completo. Cualquier persona a la que le dijeran directamente “te vamos a convencer de que la luna es de queso y en tres meses iremos a comerla” sabría que es mentira.
Sin embargo, a través de estas técnicas, pueden dominar a las personas a unos niveles impensables, incluso pueden adquirir un comportamiento dependiente, equiparable al de un infante. Por lo tanto, si bien puede que seas capaz de saber que la luna no es de queso, acabarás pidiendo permiso para comer un pedacito de este, salir a jugar al patio con los demás adeptos o, incluso, pidiendo permiso para poder ir al baño.
Existen cuatro tipos de técnicas de manipulación psicológica:
- Ambientales. Lo primero que hacen las sectas es aislar a la persona de sus familiares y amigos. De este modo, no solo hacen que se alejen de las personas que podrían sacarles de la secta sino que. al mismo tiempo, se aumenta su sentimiento de aislamiento, convirtiendo al grupo en el único apoyo social accesible.
- Emocionales. Tanto en el buen como en el mal sentido. Infunden amor y felicidad y, al mismo tiempo, culpabilidad y miedo, de forma que les hacen depender emocionalmente de ellos. Esto llega a los niveles de necesitar esas muestras de amor y cariño para vivir y, al mismo tiempo, buscar el castigo cuando realizan conductas no deseadas por el colectivo.
- Cognitivas. Poco a poco modifican la forma de pensar de las personas. Hacen que únicamente piensen en la doctrina y en grupo, a la vez que anulan la propia percepción del individualismo para evitar que se cuestione las decisiones que se toman.
- Inducción de estados disociativos. Si pensamos en las sectas, nos viene a la mente un grupo cantando o recitando alguna frase continuamente. Esta es una práctica que, aunque parezca mentira, funciona increíblemente bien. Mediante la repetición de cánticos o mantras, se alcanza un estado de embriaguez mental que facilita el control de las personas. Este estado también se puede conseguir con drogas o sugestión.
Sectas destructivas
No todas las sectas buscan el suicidio colectivo, pero las que sí tienen ese fin reciben la denominación de sectas destructivas. Esta tipología es definida por el Parlamento Europeo como “grupos que atentan contra los derechos civiles y contra los derechos humanos del hombre, comprometiendo la situación social de las personas afectadas.”
Sobra decir que la máxima manifestación de atentar contra los derechos de las personas es el convencimiento para el suicidio colectivo.
Como hemos dicho, la mayoría de sectas no son destructivas, pero es innegable que son las que causan mucho más daño. Actualmente, se considera que existen unas tres mil sectas destructivas alrededor de todo el mundo.
Cómo salir de una secta
Nos encontramos con tres posibles formas de salir de una secta, dejando de lado, por supuesto, la opción del suicidio.
La primera de ellas sería la iniciativa propia. Cualquier persona, desde fuera, puede ver que un grupo es lo “suficientemente raro” como para considerarlo secta. Sin embargo, desde dentro no es tan fácil, y menos aún salir por iniciativa propia. Esto dependerá del grado de afección a la libertad de la persona, de los familiares y amigos que tuviera antes y con los que pudiera recuperar contacto y, por supuesto, del tipo de secta. Hay sectas que son abiertas, en las que la gente puede entrar y salir libremente. Por el contrario hay otras que mantienen un gran recelo en sus hábitos y prácticas, pudiendo dificultar la salida de cualquier persona por no revelar al exterior sus “secretos”.
La segunda forma es la expulsión. Evidentemente, si desobedeces las normas de la secta o te resistes a sus creencias, incluso como forma de castigo, el líder puede echarte. En las sectas con motivación económica pueden expulsar a los adeptos cuando ya no les queda ningún bien o riqueza.
La última forma de salir es la desprogramación forzosa. Suena a película pero, en ocasiones, los familiares o amigos del adepto pagan a ciertas personas para que lo secuestren. Esto, más allá del delito que supone el secuestro de una persona, puede hacer que el adepto quiera volver a la secta incluso con más devoción que antes.
Cómo sobrevivir a una secta
Independientemente de la forma en la que consigas salir, cualquier persona necesitará de intervención psicológica para tratar las profundas alteraciones que se producen después de vivir una experiencia como esta. Las secuelas producidas dependerán de múltiples factores como: el tiempo que se haya vivido en la secta; el grado de disciplina de la secta; los vínculos personales del exterior; y la personalidad del ex-adepto, entre otras muchas variables.
De cualquier modo, la desconversión es un proceso muy largo que necesita de gran apoyo y paciencia, tanto para el ex-adepto como para su familia.
En definitiva, podemos concluir que las sectas dan mal rollo. Sin embargo, su estudio es fascinante, pensar en la forma en la que una persona puede someter a tantas otras únicamente con la palabra es abrumador.
¿Quieres saber más?
Si tenéis más curiosidad, os dejamos algunas recomendaciones de sectas destructivas destacadas a lo largo de la historia para que investigueis:
- Jim Jones y el Templo del Pueblo. Primer gran suicidio colectivo sectario, ocurrido en EEUU en 1978, que superó los 900 muertos.
- David Koresh y sus Davidianos. Suicidio colectivo ocurrido en EEUU en 1993.
- Luc Jouret y el Templo del Sol. Secta que en 1994 hizo suicidarse al mismo tiempo a 48 personas en diferentes países.
- Shoko Asahara y la Verdad Suprema. Esta secta fue más allá y, en 1995, en Japón, sus adeptos se suicidaron a la vez que intentaron matar a otras personas ajenas utilizando bombas de gas sarín neurotóxico.
Alicia Gil – Abril 2021
Disponible la Formación de Acoso Escolar y Ciberacoso para Docentes.
Accede a la guía docente:
– 40 horas
– Completamente Online
– Tutorías con respuesta en máximo 48h
– Acceso ilimitado a los contenidos
– Teoría y material adicional descargable