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marzo 20, 2025
Happy slaping

Happy Slapping

El ciberacoso, o más conocido como ciberbullying, puede manifestarse de muchísimas formas. Una de las conductas de ciberbullying más agresivas es el happy slapping, o “bofetada feliz” en español. 

A pesar de su nombre aparentemente inofensivo, esta conducta consiste en una agresión por parte de un grupo de personas hacia otra, mientras que uno de sus integrantes lo graba para, posteriormente, subirlo a internet.

Esta agresión, por lo general, consiste en una paliza. Sin embargo, se refiere a cualquier tipo de agresión física, verbal o sexual, que se graba para subirlo a internet con la finalidad de divertirse y ganar popularidad en redes sociales. Pueden ser tanto planificadas como improvisadas y tienen la única finalidad de entretener.

La persona que graba no suele participar directamente en la agresión, pero eso no le resta responsabilidad ni culpabilidad. Aunque no propine patadas o insultos, participa del mismo modo en la agresión y es igualmente culpable.

¿Qué ocurre con las víctimas de este tipo de ciberbullying?

Según un estudio de Save the Children, el 61% de los casos de happy slapping se producen entre iguales, siendo amigos o compañeros de clase. Además, la edad media para sufrir este tipo de agresiones es de 14 años.

Las consecuencias para las víctimas son muy graves debido a que, además de sufrir una agresión directamente, esta se multiplica por la difusión cibernética. Esto se debe a la amplitud de audiencia de las redes sociales, que hace que llegue a muchísimas personas, pudiendo producirse humillaciones públicas continuadas hacia la víctima por personas conocidas y anónimas de internet.

Para la víctima, este hecho no solo provoca la reexperimentación de las agresiones sufridas sino que, además, aumenta su sentimiento de inseguridad e indefensión al verse nuevamente atacada a través de las redes sociales. Del mismo modo, se convierte en una víctima reconocible a la que se puede insultar y ridiculizar.

Fases del happy slapping

Si bien este tipo de agresiones no siempre siguen una serie de normas, existen algunos patrones en común que se pueden analizar:

  1. Acuerdo previo. Dos o más personas se ponen de acuerdo sobre cómo y cuándo agredir a alguien. Puede ser con una antelación previa o en el momento.
  2. Pretexto. Los agresores suelen buscar alguna excusa para aislar a sus víctimas. Prefieren zonas donde no puedan ser interrumpidos y sin adultos que puedan frenar la agresión.
  3. Agresión física. Mientras una o varias personas agreden a la víctima, otra lo graba. También existen ocasiones en las que se está produciendo una agresión y, de forma improvisada, una persona decide grabarlo.
  4. Compartir las imágenes. Una vez grabada y finalizada la agresión, se produce la difusión del vídeo en internet.

Delitos incluidos en el happy slapping

Además del propio delito producido por las agresiones: lesiones, injurias, amenazas, acoso sexual, agresión sexual… Se lleva a cabo otro delito por la publicación del vídeo en internet, la violación de la intimidad y la propia imagen.

Este delito se define como el acto de apoderarse, modificar, usar o revelar información de una persona, incluída su imágen. En el caso del happy slapping, como conducta de ciberbullying, este tipo penal se produce al subir el vídeo de la agresión a internet sin el consentimiento de la víctima.

Pero esto no queda ahí, cuando una persona recibe este tipo de contenido y lo reenvía, también es cómplice. Al fin y al cabo está difundiendo la imagen de una persona sin su consentimiento, aunque no haya grabado el vídeo ni participado de ninguna forma en la agresión.

En cualquier caso, no se debe permitir ningún tipo de violencia, ya sea física o psíquica, hacia una persona. Si ves o sabes que se está produciendo, si te llegan imágenes o vídeos de una “paliza feliz”, frena la cadena y no lo reenvíes, no te conviertas en cómplice. Además, si conoces a los responsables, puedes dar un paso más y denunciar para evitar que se vuelva a producir.

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