En los últimos años se ha popularizado la mediación como método de resolución de conflictos, también en el ámbito educativo. Este hecho es muy positivo, pues esta técnica tiene múltiples ventajas y beneficios. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no en todos los casos se puede aplicar, pues existen ciertos requisitos para que la mediación pueda llevarse a cabo de manera efectiva, segura e igualitaria para las partes.
¿Qué es la mediación?
Pero comencemos por el principio, ¿qué es la mediación? Como hemos comentado, la mediación es un método de resolución de conflictos en el que una tercera parte imparcial, el mediador o mediadora, ayuda a las partes en conflicto a encontrar una solución con la que ambas estén de acuerdo. De este modo, en la mediación, las personas implicadas en el conflicto son las protagonistas, y son ellas mismas, con la ayuda del o de la profesional, las que lo resuelven.
Los principios básicos que rigen un proceso de mediación son:
- Voluntariedad
- Igualdad
- Confidencialidad
De forma más concreta, la mediación escolar hace referencia a la aplicación de este proceso en los centros educativos para resolver los conflictos o las diferencias surgidas entre el alumnado o el equipo docente.
Acoso escolar
Dentro de los centros educativos, un problema que ocurre tristemente con gran frecuencia es el acoso escolar. Con esto nos referimos a: “una conducta de persecución física o psicológica, que realiza un alumno o alumna contra otro u otra, de manera repetida e intencionada, lo que coloca a la víctima en una situación de desigualdad de la que en raras ocasiones podrá salir por sus propios medios”.
De este modo, como vemos en la definición, para que una conducta o comportamiento se considere acoso escolar es necesario que se den tres requisitos indispensables:
- Intencionalidad de hacer daño.
- Reiteración en el tiempo.
- Desigualdad entre agresor o agresora y víctima.
Una vez ya conocemos las bases de la mediación y el fenómeno del acoso escolar, podemos pasar a responder la pregunta:
¿Se puede realizar mediación en un caso de acoso escolar?
La respuesta es no. Como hemos comentado, uno de los principios de la mediación es la igualdad entre las partes. Todos los implicados e implicadas en el conflicto tienen que encontrarse al mismo nivel y no debe de haber diferencias de poder entre ellos y ellas. En el acoso escolar se produce una desigualdad entre agresor o agresora y víctima. Esta desigualdad puede ser física, psicológica, relacional (que sea un grupo agresor) y un largo etcétera. Esta desigualdad va a propiciar que se produzca el acoso en un primer momento, además de permitir que se perpetúe, haciendo que la víctima no pueda defenderse o pedir ayuda.
Por otro lado, aún contando con que no exista desigualdad entre los implicados e implicadas al comenzar el acoso escolar, al tratarse de una conducta reiterada y no un conflicto puntual, los ataques repetidos terminarán acarreando también esa desigualdad de la que hablamos.
Además, es necesario tener en cuenta otro principio de la mediación que se podría ver comprometido y es la voluntariedad. Ante un caso de acoso escolar, cuando el centro educativo tome medidas, estas serán impuestas, y si se intentase llevar a cabo una mediación entre las partes, lo más probable es que ninguna de ellas quisiera hacerlo de forma voluntaria.
Conclusión
La mediación escolar es una técnica de resolución de conflictos muy recomendada en el ámbito educativo, pues pone a los implicados e implicadas como protagonistas de la solución, a la vez que enseña herramientas de resolución de conflictos, gestión emocional y comunicación que les pueden ser de utilidad en un futuro. Sin embargo, no es una medida a la que se pueda recurrir en todos los casos, pues en aquellos conflictos en los que no exista igualdad entre las partes, como el acoso escolar, no se puede llevar a cabo.
Para finalizar, también es necesario apuntar que para que la mediación sea efectiva es necesario contar con profesionales formados que la lleven a cabo y que aseguren el buen desarrollo de las sesiones, el respeto de sus principios básicos y que el acuerdo al que se llegue no sea perjudicial para ninguna de las partes.