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marzo 31, 2025
Teoría del apego

Teoría del Apego

El apego infantil es el vínculo emocional que un niño o niña desarrolla con cuidadores o cuidadoras (figuras de apego) y le proporcionan la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. Esta seguridad emocional hace que el niño o niña sienta aceptación y protección incondicional. Este concepto empezó a usarse con el desarrollo de la Teoría del Apego.

La Teoría del Apego

La Teoría del Apego fue desarrollada por el psicólogo británico John Bowlby a finales del siglo XX. Esta teoría se centra en la relación de apego entre el niño o niña y su persona cuidadora durante la primera infancia, determinando que los y las infantes tienen la tendencia innata de buscar la proximidad y el contacto con las figuras de apego para su supervivencia, desarrollo físico y emocional.

Bowlby desarrolló esta teoría a raíz de su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial con menores separados y separadas de sus familias, descubriendo comportamientos y respuestas emocionales concretas para establecer y mantener una proximidad con aquellas personas que les cuidaban, todo con la finalidad de obtener consuelo y seguridad.

Este concepto sirve de base para explicar la naturaleza del vínculo emocional que existe entre infantes y cuidadores o cuidadoras desde el nacimiento, así como por qué las relaciones afectivas son tan importantes e influyentes en el desarrollo de la personalidad.

Tipos de apego

Apego seguro

El apego seguro se produce cuando un niño o niña tiene una relación cercana, cálida y acogedora con su cuidador o cuidadora, lo que le transmite amor y protección. Para que se produzca esta relación y, por tanto, se convierta en figura de apego, la persona debe suplir todas sus necesidades, estando atenta y preocupada por el bienestar del niño o niña más allá de las necesidades de limpieza y alimentación.

Gracias a esta relación de seguridad y confianza, el niño o niña se siente capaz de explorar su entorno libremente, con la garantía de que cuenta con el apoyo de su figura de apego, que le protegerá o ayudará si lo necesita.

De esta manera, el niño o niña desarrolla la aceptación y la confianza en sí mismo o misma, así como relaciones interpersonales estables.

Apego inseguro o evitativo

Este tipo de apego se produce cuando el niño o niña asume que no puede contar con las personas que les cuidan porque considera que no atenderán sus necesidades, no estarán accesibles, les rechazarán emocionalmente o no entablarán relaciones emocionales. En definitiva, las conductas de sus figuras de apego no han generado suficiente seguridad, por lo que puede llegar a desarrollar la autosuficiencia compulsiva.

Se denomina evitativo porque el niño o niña tiende a mostrar conductas de distanciamiento, como evitar el contacto cercano. Se comporta de manera esquiva, fría o huidiza, lo que puede reforzar un comportamiento similar en cuidadores y cuidadoras. Además, puede mostrar rasgos de ansiedad ante figuras de apego o personas extrañas.

Debido a este tipo de apego, el niño o niña puede no expresar ni entender las emociones de otras personas, por lo que pueden evitar las relaciones de intimidad. Además, puede parecer que no muestra preocupación por la separación, pero esto no es sinónimo de seguridad sino que, en realidad, está manifestando señales asociadas al estrés.

Apego ambivalente o ansioso

Ambivalencia en el sentido emocional significa expresar emociones o sentimientos contrapuestos, lo que trasladado al apego infantil se traduce en que la figura de apego no responde a las demandas del niño o niña de manera constante. Por lo tanto, es un tipo de apego con base inestable, oscilando entre el amor-odio y la seguridad-inseguridad.

Este estilo de apego genera ansiedad, angustia e inestabilidad. El niño o niña quiere ver a la figura de apego, pero al mismo tiempo no muestra demasiada disposición al contacto o cariño porque no confía en ella y siente inseguridad sobre si le prestará ayuda y atención.

En estos casos, el niño o niña necesita la aprobación de su figura de apego y vigila de manera permanente que no le abandone. Exploran el ambiente de manera poco relajada, procurando no alejarse demasiado de la figura de apego.

Apego desorganizado

Este tipo de apego supone una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo. El niño o niña presenta comportamientos contradictorios e inadecuados, mostrando ansiedad y evitación. Puede llegar a manifestar conductas explosivas como la destrucción de juguetes, reacciones impulsivas y grandes dificultades para entenderse con sus figuras de apego y otras personas. 

Para el niño o niña, una persona no destaca por encima de las demás en cuanto a vínculos afectivos, sino que busca una figura de apego en función de las circunstancias que le rodean.

Este apego es el extremo opuesto del apego seguro, por lo que muchas veces se traduce como una carencia total de apego. Los cuidadores o cuidadoras se caracterizan por conductas negligentes o inseguras. En esta categoría se incluyen los casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño o niña es la pérdida de confianza en su figura de apego, e incluso puede sentir miedo hacia ella.

El niño o niña evita la intimidad y no ha encontrado una forma de gestionar las emociones, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la expresión de emociones positivas.

Los tres últimos estilos son considerados por algunos estudios como diferentes modalidades del apego inseguro.

¿Se puede cambiar el tipo de apego?

Si bien el tipo de apego mantenido durante la infancia marca en gran medida el desarrollo de la personalidad de la edad adulta, este no es inmutable ni se mantiene constante durante todas las etapas de la vida. El tipo de apego de una persona se nutre de todas sus relaciones, más allá de las establecidas durante la niñez. Por lo tanto, las relaciones de amistad, laborales y de pareja influyen de diversas formas durante las diferentes etapas de desarrollo. De esta manera, el tipo de apego y el rol que se mantiene con las nuevas figuras de apego varía en función de las relaciones que van surgiendo.

En definitiva, todas las relaciones que se establecen desde el nacimiento hasta la edad adulta marcan nuestro comportamiento actual, que seguirá modificándose con el paso del tiempo. Una persona con un estilo de apego inseguro en la infancia puede aprender del apego seguro que le proporcionan sus amistades o parejas. En cualquier caso, lo importante es desarrollar las estrategias convenientes para generar seguridad y confianza en uno mismo o misma.

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